MARINERO

El tema del mar y los navegantes nos ocupa en nuestra entrada de hoy.

En mi poemario “Soy el silencio”, el poema número VIII es una alegoría que muestra, a través de comparaciones con la vida de un marinero que extraña a su tierra, como el ser humano muchas veces no encuentra su destino y tiene que convivir con una forma de vida que nunca eligió.

La historia de un torpe navegante,
que ninguno hasta ahora narró,
quien llamaba a la proa «adelante»,
quien su barco jamás amarró.

Un marino que amaba la tierra,
un terrestre que estaba en la mar,
navegando añoraba su sierra,
él, que apenas sabía nadar.

Es la historia de un alma cautiva,
transitando su pena observando,
y al negarse a buscar la salida
tal vez siga otros mares surcando.

El sabor a salitre que, intruso,
al tiempo que le brota el lamento,
lo sitúa en su rol de recluso,
lo somete al dolor casi cruento.

No encontrando en las aguas caminos,
extrañando las rutas marcadas,
los bosques con acacias y pinos
y las aves con tristes tonadas.

No es su reino, tan solo es el lecho
donde en una ocasión dormitaron
pasiones que intactas desde el pecho
con soberbia energía explotaron.

Ya sumido en el mundo que impuesto
no le da ni la chance de ser
todo aquello en los planes supuesto
y que él mismo creyó merecer.

Y pasando a los clásicos, hoy es variada la selección que te presento:

“Elegía del niño marinero” (fragmento), de Rafael Alberti —

Marinerito delgado,
Luis Gonzaga de la mar,
¡qué fresco era tu pescado,
acabado de pescar!

Te fuiste, marinerito,
en una noche lunada,
¡tan alegre, tan bonito,
cantando, a la mar salada!

“Enfermo” (a mi hija María), (fragmento), de José Gautier Benítez

Un noble marino anciano,
del viento y del sol curtido
abandonó, ya rendido
los embates de la mar;

y no de las ondas lejos,
en la cercana ribera,
alzó la quinta, y la era,
y el jardín, y el palomar.

“Toque de oración” (fragmento) de Delmira Agustini

Un pedazo de luna que no brilla
sino con timidez. Canta un marino,
y su triste canción, tosca y sencilla,
tartamudea con sabor de vino…

“Marino”, de Vicente Huidobro

Aquel pájaro que vuela por primera vez
Se aleja del nido mirando hacia atrás

Con el dedo en los labios
os he llamado

Yo inventé juegos de agua
En la cima de los árboles

Te hice la más bella de las mujeres
Tan bella que enrojecías en las tardes

La luna se aleja de nosotros
Y arroja una corona sobre el polo

Hice correr ríos
que nunca han existido

De un grito elevé una montaña
Y en torno bailamos una nueva danza

Corté todas las rosas
De las nubes del este

Y enseñé a cantar un pájaro de nieve

Marchemos sobre los meses desatados

Soy el viejo marino
que cose los horizontes cortados

Nota: La imagen corresponde a la pintura “El marinero”, de Pablo Picasso.


Espero volver a verte por aquí…

4 comentarios sobre “MARINERO

  1. El mar es poesía, todo el que lo contempla se torna poeta, aunque no escriba versos, Gracias Gabriel, por tu poema de muchos discursos, como la vida, llena de rincones en el que a veces miramos tratando de encontrar una salida, la solución ideal o una posibilidad de cambio…he escrito tanto del mar, que ahorita mismo estoy a obligado a regalarte estos versos:

    En este banco
    por las tardes le veo pasar

    — luz con alas volátiles
    — una sombra en mi corazón.

    y en mi silencio la canción
    escucho triste del alegre mar…
    por mi eterno llanto

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