VERSO LIBRE

Cerca del final de sus días activos, Jorge Luis Borges expresaba que creía que el verso libre no era más fácil que el sometido a normas, sino lo contrario. Esta afirmación tiene la fuerza de alguien con la autoridad suficiente para expresarla, un autor como Borges que sobresalió, como en tantas otras cosas, en el verso rimado y métrico.

“Por ejemplo, yo empecé, como la mayoría de los jóvenes, creyendo que el verso libre era más fácil que las formas sujetas a reglas. Hoy estoy casi seguro de que el verso libre es mucho más difícil que las formas medidas y clásicas.”

De la misma manera que en la plástica Pablo Picasso afirmaba que “en aprender a pintar como los pintores del renacimiento tardé unos años; pintar como los niños me llevó toda la vida”, ninguno de los dos pretendía menospreciar, ni dejar de admirar, el trabajo de los clásicos, ni siquiera la facilidad de su técnica. Picasso, como Borges, supo sobresalir en el arte más clásico, antes de pasar a movimientos más “libres”.

De hecho, es mucho más fácil sobresalir en aquello difícil que en lo más fácil. Si aplicáramos este concepto, la propia facilidad relativa de una forma sobre otra estaría realzando la originalidad de aquellas cosas que todos, o quizás más gente, podríamos lograr hacer.

Algún día, el nobel de literatura Bob Dylan, queriendo menospreciar la obra de su colega músico Paul McCartney, afirmó que “canciones como Yesterday o Michelle, hay un millón”, sin darse cuenta que con esto estaba brindando el mayor de los elogios. Si hay tantas canciones iguales, ¿qué será lo que diferencia a Yesterday de las otras similares, ya que solamente ella logró ser, desde hace años y por lejos, la canción más versionada de la historia?

No tiene importancia la facilidad o dificultad, sino la originalidad de la obra y en definitiva la fuerza del mensaje que transmite, por encima de sus valores estéticos, nada despreciables por cierto.

Como ejemplos van dos poemas de Borges, uno es un clásico soneto, como tal sujeto a métrica y rima, en este caso rima consonante. El segundo puede anotarse como verso libre, donde solo se encuentra alguna rima asonante, como en el segundo y quinto verso (estrellas/dispersas) ya que la libertad del verso no impone la obligatoriedad de evitar la rima.

Spinoza

Las traslúcidas manos del judío

labran la penumbra los cristales

y la tarde que muere miedo y frío.

(Las tardes a las tardes son iguales.)

Las manos y espacio de jacinto

que palidece en el confín del Ghetto

casi no existen para el hombre quieto

que está soñando un claro laberinto.

No lo turba la fama, ese reflejo

de sueños en el sueño de otro espejo,

ni el temeroso amor de las doncellas.

Libre de la metáfora y del mito,

labra un arduo cristal: el infinito

mapa de Aquél que es todas Sus estrellas.

El Sur

Desde uno de tus patios haber mirado

las antiguas estrellas,

desde el banco de

la sombra haber mirado

esas luces dispersas

que mi ignorancia no ha aprendido a nombrar

ni a ordenar en constelaciones,

haber sentido el círculo del agua

en el secreto aljibe,

el olor del jazmín y la madreselva,

el silencio del pájaro dormido,

el arco del zaguán, la humedad

—esas cosas, acaso, son el poema.

Espero volver a verte por aquí…

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