Sin dudas hay muchos, muchísimos poemas que nos pintan el mar, su entorno y todo lo que este espacio de la naturaleza.
En el poema XIII de “Soy el silencio” estoy abordando justamente los silenciosos sonidos del mar. Por su temática, este poema es altamente representativo del poemario: el mar, el sonido de las olas, el silencio a interpretar, una forma de comunicación.
Instrumentos de viento y percusión
ensamblan una música serena.
El mar canta acariciando la arena.
El mar escucha con suma atención.
Soy espectador de un ritmo cansino
que recala en mi alma al morir el día,
mis oídos toman la melodía
que sutil compone el canto marino.
Soy artista de emociones internas,
el mar compañero mi confidente,
sin exigencias, espera le cuente
penas precarias, tristezas eternas.
El silencio del mar nunca es callado,
saber escucharlo es todo un talento,
deslindando la armonía del viento
se adivina ese encubierto recado.
Mas quizás tú recibas un mensaje
que sea el mismo que das al oyente.
No percibías que tú eres la fuente,
lo asignabas al dócil oleaje.
Al empaparse el sol ante tu vista
no le exijas al mar una sentencia,
y si él te escucha con suma elocuencia,
tan solo pretende darte una pista.
En la orilla tú verás la respuesta,
los veredictos en el horizonte,
allá mismo, do tu mente confronte
notoria la voz, velada la orquesta.
Y como muestra de lo que han escrito los grandes maestros, con el correr de los años, aquí van surtidos fragmentos de poemas dedicados al (a la) mar:
“Sonetos II”, de Octavio Paz (fragmento)
El mar, el mar y tú, plural espejo,
el mar de torso perezoso y lento
nadando por el mar, del mar sediento:
el mar que muere y nace en un reflejo.
El mar y tú, su mar, el mar espejo:
roca que escala el mar con paso lento,
pilar de sal que abate el mar sediento,
sed y vaivén y apenas un reflejo.
“El mar” de Idea Vilariño (fragmento)
Tan arduamente el mar,
tan arduamente,
el lento mar inmenso,
tan largamente en sí, cansadamente,
el hondo mar eterno.
Lento mar, hondo mar,
profundo mar inmenso…
“Ocaso”, de Manuel Machado (fragmento)
Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde… El día
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.
“Agua”, de Gabriela Mistral —
Hay países que yo recuerdo
como recuerdo mis infancias.
Son países de mar o río,
de pastales, de vegas y aguas.
“Nácar marino”, de Alfonsina Storni (fragmento)
Columnas de plata sostienen el cielo;
varas de jacinto se levantan del mar;
trepan a la bóveda
guirnaldas de flores de sal.
Escamas de sirenas de nácar
envuelven las serpientes
espejantes del mar.
“A Margarita Debayle”, de Rubén Darío (fragmento)
Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.
Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.
Nota: la imagen corresponde a “Cuadros en el mar”, de Vincent van Gogh.
Espero volver a verte por aquí.
Reblogueó esto en Sitiotrokiano.
Me gustaMe gusta
Gracias por compartir. Abrazo
Me gustaMe gusta